Descripción
Vistiendo los tres hábitos de monje está sentado de forma frontal yaciendo sobre un loto multicolor en padmasana, (asana sánsc.)postura del loto en donde la pierna derecha queda sobre la izquierda y las plantas de los pies se proyectan hacia arriba El hábito de monje se componía, antiguamente, de remiendos cosidos en un total máximo de veinticinco interpretando de esta forma la actitud de renuncia, un entramado que en la representación posteriores se ilustra comúnmente con líneas entrelazadas Con la mano derecha toca la Tierra, en el mudra bhumisparsamudra (sánsc.) invocándola como testigo de su iluminación. Con la mano izquierda descansando sobre el regazo, sostiene un cuenco de dádivas representando el inicio de una orden monástica, Sangha (sánsc.)
El Buda, el Dharma y el Sangha, están simbólicamente representados en el arte como tres piedras preciosas, “Las tres joyas”, Triratna (sánsc.) La aceptación de las llamadas Tres Joyas por el practicante significa la toma de Refugio:
Tomo refugio en el Buda
Tomo refugio en el Dharma
Tomo refugio en el Sangha
Se acepta a Buda como el maestro, al Dharma como el sendero y el Sangha como la comunidad de practicantes que nos ayudan a transitar el sendero. Con la Toma de Refugio el practicante se convierte en budista entrando en el sendero de la liberación. Con la recitación diaria de estas tres líneas, el discípulo confirma una y otra vez su motivación.
El Buda, también llamado Gautama Buda, surge en la representación con varios signos que lo identifican, algunos de ellos son la aureola, los largos lóbulos de las orejas, el signo sobre la frente entre los dos ojos, urna (sánsc.) y la elevación craneana que alude a la Gran Iluminación, usnisha (sánsc.)
Loto
En la representación en donde la flor de loto figura como soporte, padmasana, sitio en donde yace sentada la divinidad, simboliza pureza de nacimiento o emanación. En “El Gran milagro de Sharavasti” se cuenta que ante una muchedumbre que lo escuchaba, Buda se elevó por los aires sentado en un loto proyectando fuera de su propio cuerpo una multitud de otros budas también sentados en lotos, dando a entender con ello que todos se generaron espontáneamente, “nacido de sí mismo”, o “nacido del loto”.
El loto multicolor sobre el cual se apoya la imagen de Buda, ilustra los cinco elementos del mundo fenoménico, tierra, agua, fuego, aire y espacio que se identifican correlativamente con los colores amarillo, blanco, rojo, verde y azul figurando la unidad de esencia de toda impureza y de toda pureza; como el loto que naciendo de aguas cenagosas surge sin mácula.
Las flores de loto que los Bodhisattvas sostienen en la mano, o las flores de lotos de los mandalas simbolizan distintas cualidades según estén abiertas, o en capullo y según sea su color. De esta forma, el loto blanco, pundarika (sánsc.) por ejemplo, al brillar inmaculado personifica el estado de pureza mental absoluta. El propio Buda se compara con un loto pundarika diciendo:
“Que sepas, ¡oh Ananta! Que Buda es un loto blanco entre los hombre…”.
También las flores de loto interpretan las energías sutiles del cuerpo humano en cinco ruedas de conciencias, chakras (sánsc.) organizadas a lo largo de un canal etéreo por delante de la columna vertebral. Un loto blanco, abierto, de ocho pétalos, ocupa el sitio del corazón.
Historia
Buda Shakyamuni, nace como Principe Siddhartha en el clan de los Shakya en torno al 563 antes de nuestra era, debajo de un árbol Sala, en Lumbini. Se cuenta que apenas apoyado Siddhartha sobre el suelo, da siete pasos en cada una de las direcciones anunciando así el propósito de su paso por la Tierra, es decir, revelar el camino hacia la liberación. El Buda histórico queda documentado a partir de los textos en lengua Pali. Sobre Él se ha transmitido aproximadamente diez veces más información, se dice, de lo que sabemos del Jesús histórico.
El Principe Siddhartha abandonó el palacio a los 29 años tras haber percibido el sufrimiento en un enfermo, un viejo, y un muerto. Cambiando sus ropas por el hábito de asceta se convertirá en Gautama. Pasados siete años, al conocer de forma directa la esencia de su mente y el mundo fenoménico alcanzó la iluminación, convirtiéndose en Gautama Buda. Este acontecimiento sucedió hace más de dos mil quinientos años en Bodh-Gaya, India, bajo el árbol bo, el árbol Bodhi, árbol de la iluminación. Tras cuarenta y cinco años de recorrer la India enseñando el sendero de la liberación de la ignorancia de lo que realmente somos, muere acostado sobre el lado derecho en la postura del león, en torno al 483 antes de nuestra era con ochenta años.
Enseñanzas
Se suele comúnmente nombrar como “doctrina” a las enseñanzas de Buda, término que responde a un sistema conceptual de creencias el cual no se ajusta a las enseñanzas de Buda, dado que no se entiende el Dharma como un método creado propio de su invención. De allí que la palabra “Dharma”, signifique la Naturaleza de las Cosas reveladas. Hay dos tipos de Dharma, el enseñado por Buda y el Dharma de la experiencia directa. De esta forma las enseñanzas de Buda desvelan la Naturaleza de la Ignorancia de no saber qué somos, en, por ejemplo, la naturaleza del condicionamiento de todos los seres por el Samsara y el Karma (sánsc.) o, dicho de otra forma, la naturaleza de la reencarnación en ciclos consecutivos de existencia y la naturaleza de causa y efecto de toda acción relativa a cuerpo, palabra y mente. Esta Naturaleza samsárica y kármica, es una Verdad de las cosas tal cual son, tanto si la reconocemos como si no la reconocemos. De allí que la Verdad, con mayúscula, sea de-velada, re-velada, re-conocida en el Buddha-Dharma. De allí que la Verdad como manifestación, no sea sólo la palabra del Buda, sino también la Verdad manifestada como forma, y la Verdad manifestada como energía, o de mente a mente.
Buda puso de manifiesto públicamente una transmisión de energía en una de las enseñanzas en la cumbre del “Pico del Buitre”, cuando mirando a cada uno de los discípulos a los ojos, sonriendo en silencio, desplegó el brazo derecho extendido en el acto de mostrar una flor. De todos los presentes sólo Mahakasyapa perecibió la Verdad manifestada de mente a mente quien asintió sonriendo al Buda. En esta exposición el Buda develó la naturaleza de las cosas tal cual son, es decir, puso al descubierto la Naturaleza de la Cognición de los distintos seres. En este caso, señaló la capacidad contemplativa como una vivencia directa de la realidad absoluta. Con esta enseñanza se le atribuye a Buda Shakyamuni haber fundado una tradición esotérica sin palabras. |